martes, 27 de septiembre de 2011

El potro


El origen del nombre es incierto, ya que mientras que Ramírez de Arellano defendía que era debido a que este entorno era el lugar destinado a la venta del ganado caballar y mular, y por consiguiente muy concurrido, tanto por los cordobeses como por todos los forasteros que venían a ver esta ciudad, otros mantiene que el nombre lo toma del potro que corona la fuente.

Extraído de la Cordobapedia.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Recodos


A la izquierda de la íntima placita, un arco invita a sumergirse en la quebrada y penumbrosa calleja, que discurre aprisionada entre dos casas señoriales: por la derecha, la austera espalda blanca de la de las Pavas –cuya portada renacentista se abre en el último tramo de Tomás Conde–, y por la izquierda la fachada de la deshabitada casa de Villaceballos, con sus muros de sillar y ladrillo, en los que se abren, de trecho en trecho, salientes ventanas protegidas por rejas y celosías. Son cincuenta pasos de embrujo que conviene recorrer sin prisa, apreciando cada esquina, cada arco, cada mínimo ensanche, cada perspectiva.

Tras el primer arco saluda al viajero la copa de un naranjo, que en primavera perfuma de azahar esta angostura. Hasta hace unos años se asomaba a este tramo una tahona, que inundaba la calle con el cálido aroma del pan recién hecho. Giro a la derecha. De trecho en trecho, arquitos de ladrillo soportan el empuje de los muros y crean hermosas perspectivas. Al fondo del segundo tramo un pétreo escudo de Córdoba empotrado en la cal recuerda dónde estamos. El grato silencio reinante sólo se ve alterado por los pasos de los escasos transeúntes sobre las losas de granito. Turistas extraviados se cruzan con vecinos del entorno que utilizan el callejón como atajo para ir de la zona de Fleming a la Judería o viceversa, lo que acaba desvaneciendo el misterio que la calle encierra.

Giro a la izquierda. Pone punto final a este itinerario seductor la portada barroca de la casa de los Villaceballos, cuya fábrica de ladrillo recuerda el patio principal del antiguo hospital del Cardenal Salazar; sobre la puerta adintelada, hoy tapiada, campea un escudo, y sobre él, un balcón coronado por frontón partido. Aún aguarda una última sorpresa: si el viajero eleva la vista en dirección a la calle Tomás Conde, verá asomar por encima de los tejados el campanario de la Catedral, que es como una brújula a la salida del laberinto.

Cuando Teodomiro Ramírez de Arellano paseó por aquí, era una calleja sin salida que respondía al nombre de Villaceballos, por la familia que habitaba la casa palaciega, que solían visitar "cuantas personas curiosas tienen noticia de la colección de lápidas romanas y árabes y otras muchas cosas notables que contiene".

Extraído de la Cordobapedia y a su vez de Rincones de Córdoba con encanto.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los sotos


El Monumento Natural Sotos de la Albolafia es un tramo del Guadalquivir con zonas inundables, pequeños afloramientos, barras e islotes, producto de las diferentes fluctuaciones históricas en el nivel del agua del río a su paso por la ciudad de Córdoba. Incluye diferentes molinos como el Molino de San Antonio, Molino de Enmedio, el Molino de Téllez o el Molino de la Albolafia. La zona declarada Monumento Natural es la comprendida entre el Puente Romano y el Puente de San Rafael. Tiene una superficie de 21,36 hectáreas. Los sotos albergan una importante avifauna, con importantes poblaciones de garcilla bueyera, calamón y morito.

Fue declarado Monumento Natural el día 2 de octubre de 2001, mediante decreto de la Junta de Andalucía.

Fuente: Cordobapedia.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La tienda de la ilusión

Establecimiento comercial fundado en el año 1906 por el soriano Guillermo Jiménez. Se encuentra situado en el número 4 de la cordobesa calle Gondomar. En ella se vendían todo tipo de productos como porcelanas, espejos, bastones, ocupando en su origen una superficie enorme, pues además de la actual tienda englobaba también parte del colegio anexo. La razón social que rezaba en la puerta era Sobrinos de Guillermo Jiménez, por la incorporación de los sobrinos Ángel y Nicolás al negocio.

En 1948 es Ángel Martínez Roca quien se hace cargo del negocio, ampliándolo a todo tipo de artículos de perfumería, marroquinería y juguetes. En 1972 transforma su actividad, dedicándose sólo a los juguetes y hobbies. Posteriormente, el hijo de Ángel, Gerardo Martínez se hace cargo del negocio, enfocándolo a la juguetería técnica, siendo el referente número uno en todo lo relacionado con radiocontrol, scalectrix, aeromodelismo, trenes y maquetas, tal y como lo conocemos a día de hoy.

Extraído de la Cordobapedia


jueves, 1 de septiembre de 2011

Jeringos.

Ahora en la acera de enfrente y con diseño, un clásico en el Campo de los Santos Mártires.